Han pasado más de 4 años entre una foto y la otra. Ambas son de Bikepolo. La izquierda es del primer torneo que se jugó en Zaragoza, y la derecha es del Campeonato Europeo de Bikepolo 2015. Muchas cosas han cambiado durante todo este tiempo tanto en nuestra ciudad como en este deporte. Mientras unas aprendían a circular por “carriles bici trampa”, otros esperaban al semáforo verde sin bajarse de la bici. Mientras unos se organizaban desde la autogestión, otras se servían de organismos e instituciones parra llegar más lejos.
Durante estos años muchos son los que han dejado de jugar a polo y otras tantas se han animado a coger la bici todos los días del año. Pros y contras del ciclismo, pinchazos y alforjas, botas de vino y chichones, un plato y catorce piñones.
Mientras los estadounidenses arrebataban el año pasado el título de “campeones del mundo” a nuestros vecinos del norte, unos han dicho no a los cánones preestablecidos y se han tirado a la piscina del emprendimiento, y otras han decidido producir sin químicos ni saborizantes. Unas han cambiado la fixie por la randoneur, y otros el freno de sirga por el hidráulico. Unos han superado los informes médicos y hasta sus propios límites, y otras han viajado sin miedo hasta los confines del mundo.
Muchas cosas han cambiado en los últimos años, pero lo que sigue igual es que los franceses son los que mejor juegan a este deporte. El señor “Polo” (foto izquierda) y su equipo “Call me dady” (foto derecha) ganaron ambos torneos, y mientras todo esto ocurría yo no he parado de pedalear, mi bicicleta sigue sin guardabarros y el otoño ha llegado.