Hoy es un día triste. Luciano Berruti, uno de los estandartes del ciclismo clásico actual, ha fallecido cerca de su localidadnatal Cosseria, a los 73 años de edad. Con su bigote, su indumentaria y su bicicleta se convirtió en la imagen de la Eroica en todo el mundo. Con su carisma, simpatía y pasión nos conquistó a todos aquellos que tuvimos la suerte de conocerlo.

Yo me declaro un privilegiado por haberle podido conocer en persona y de la forma en que lo hice. Fue justo hoy hace un año, cuando tras 14 días de pedaleo entre España, Francia e Italia, llegaba a las puertas del Museo della Bicicleta en Cosseria. Quería conocer a Luciano en persona y visitar ese museo donde guarda tantos secretos y tantas reliquias sobre el acero y las dos ruedas. Y pensé que no había otra forma mejor que hacerlo en bici, desde mi casa. Lee el post de mi llegada aquí

Allí conocí a un chaval de 72 años que se comía el mundo con su ilusión, su fuerza y su pasión, como un jóven de 20 años lo haría. Una persona que sinceramente me inspiró como pocas lo hacen. Sus ojos brillaban al contar cada anécdota, al recordar cada momento, al hablar de su familia. Los 72 años puede ser una edad bien merecida para sentarse en el sofá y recordar el pasado con nostalgia; pero no para él. Luciano seguía jugando con la vida, exprimiéndola y disfrutándola al máximo para seguir teniendo nuevas historias que contar cada día.

Según me cuenta por mail su hijo, hoy se confirma su muerte y es un día muy triste para todos los que lo conocimos, pero sobre todo para su hermosa famila Zofia, Lezsek y Jacek. Al parecer, falleció de la única forma que podría haber sido: pedalendo en bicicleta su corazón dejó de latir.

Si la vida es un regalo, la muerte es el lazo que la envuelve, y aunque hoy deja un vacío enorme, su recuerdo imborrable seguirá presente entre todos aquellos que lo conocimos y su estrella brillará por siempre.

Grande Luciano, ¡hasta siempre compañero!