En casa nunca hubo mucha afición al ciclismo ni a las bicicletas en general, pero siempre hubo bicis de todas las tallas y épocas. Iban pasando de primos mayores a primos pequeños y despúes entre hermanos. Yo, que era el más pequeño, no tuve una bicicleta nueva hasta los 14 años, pero eso es otra historia.

Aprendimos a montar con las míticas Orbea, BH y G.A.C de rueda pequeña y una velocidad. Bicicletas indestructibles donde las haya, capaces de llevarte a donde quisieras. Lo único que les faltaba, o eso pensábamos,  eran marchas. Así pues, a finales de los 80 la marca Beistegui Hermanos (BH),  lanzó al mercado la famosa Force12, una bicicleta de montaña de adulto, con rueda de 26 pulgadas y 10 velocidades. Y para los más pequeños hicieron su primera mountainbike con 5 velocidades, la BH Force8. Gracias a ella y otros modelos que fueron sacando las diferentes marcas nacionales la chavalería ya podía subir las cuestas del pueblo sin tener que bajarse y echar a andar.

Yo no recuerdo donde terminaría la BH Force8  que había por casa. Seguramente se la regalarían mis padres a algún vecino del pueblo, como se solía hacer.

La cuestión es que estas pasadas navidades un cliente y amigo llamado Ángel Giner (los amantes del ciclismo en Zaragoza lo conoceréis gracias al blog de El Pedal Aragonés: http://www.elpedalaragones.es/ ) nos donó unas cuantas bicicletillas destartaladas, para que hiciéramos con ellas lo que mejor se nos da: reciclarlas.

Entre ellas había una BH Force-8, muy parecida a la que yo heredé de mis hermanas y con la que aprendí junto con mi compañero Borja lo que era sufrir cuesta arriba por los caminos y pistas del valle de Benasque. No podíamos usarla para despiece y llevarla a la chatarra. Había que darle una segunda vida!

Más detalles de la bici en: https://ciclofactoria.com/portfolio/bh-force-8-20/