Hace tiempo que no subimos entradas al blog sobre restauración de bicicletas. El ritmo frenético del taller en primavera-verano, hace que sentarse a escribir al ordenador no sea una tarea fácil. Pero la restauración de esta Orbea de varillas que terminamos recientemente bien merecía un pequeño reportaje fotográfico.

Esta Orbea de los años 50 pertenecía al abuelo de José Manuel, que se la compró en sus años mozos. Prácticamente todos sus componentes eran los originales a excepción del sillín, que en lugar de ser marca Orbea era BH. Aún así, decidimos no cambiarlo por uno Orbea ya que José Manuel siempre había visto la bicicleta con ese sillín y quiso mantenerlo. Para ello, tocó restaurarlo cromando el esqueleto, puliendo y nutriendo el cuero y montarlo de nuevo con remaches nuevos.  Así pues, lo único que sustituimos de la bicicleta original fueron el juego de ruedas de varillas, pues el estado de las originales no estaba como para poder restaurarse en condiciones, dado que a parte del óxido, las abolladuras eran notables.

Lo más meticuloso de la restauración de esta bicicleta Orbea de varillas fue el replicar los fileteados. No es una tarea imposible, pero sí requiere de bastante pulso y paciencia, a parte de pinceles y pintura de calidad. Nosotros todavía no somos viejos expertos en la materia, por lo que aún no nos atrevemos a hacerlo a mano alzada y preferimos usar cinta para enmascarar y hacer las guías. Así conseguimos unas líneas rectas y de un grosor constante.

Después de este trabajo de restauración, aquella vieja Orbea de varillas vuelve a renacer, lista para dar guerra otros 60 años más.

¡Gracias a José Manuel que confió en nosotros para devolver a la vida su antigua montura!