«Bon dia, me llamo Tomeu, soy padre de Tomeu que os ha llevado alguna vez la bicicleta al taller. Mira estoy buscando una Orbea Zafiro de los 80 como la que utilizaba de joven. Era azul y blanca e iba montada toda en Shimano. El año pasado nos quedamos con ganas de ir a La Monegrina y este año queremos ir seguro y me gustaría hacerlo con una bici como la que tenía cuando era un chaval».

Así comenzó la relación entre el mallorquín Tomeu «padre» y el taller de bicicletas Ciclofactoría.

Como era previsible no teniamos guardadita una Orbea Zafiro del 85, azul y blanza, montada en Shimano 600 «segunda generación», esperando a recibir una llamada desde Mallorca! Así que lo que hicimos fue buscar una en internet y cuando la encontramos le pasamos el link a Tomeu y le dijimos «es tu talla, esta a buen precio, pillatela, ten suerte de que no tenga ninguna tara, y nos la mandas para restaurarla y darle una segunda vida». Y así fue.

La bicicleta que tenía Tomeu a mitad de los ochenta iba montada en Shimano. Aqui en la Peninsula, en el interior de secano, no era tan frecuente en aquellos tiempos ver montadas con Shimano bicicletas de carreraso. O llevabas marchas españolas (Simplex, Zeus), italianas (Campagnolo, Modolo) o francesas (Simplex, Sach-Huret), pero la japonesa Shimano todavia no se había hecho tanto hueco. Seguramente la influencia del turismo en la Isla hizo que ahi fuese anterior su entrada en el mercado de «a pie». Pero la que compró de segundamano venia montada a medias en Campagnolo así que le aconsejamos aprovechar esos compenentes que ya traía por dos razones: Ya son buenos componentes como para cambiarlos, y es un gasto innecesario porque la bici iba a funcionar igual de bien!

Así que pulimos el cuadro y los cromados, le instalamos el sistema de frenos Campi, y un buen sillín y el resto quedó como venía la bici. Y así ya estaba lista esta Orbea Zafiro de los middle eigthies para rodar el 7 de septiembre por las tierras de los Monegros!