Este mes hemos estado entretenidos con una bici muy especial, la antigua BH Especial de la familia de Luisa Broto, la vicealcaldesa de la ciudad. Esta bicicleta ha pertenecido siempre a la familia, originaria del Sobrarbe. Hacía muchísimos años que no había sido montada, el último fue un tío de la familia que la usaba para darse sus garbeos por el pueblo. Ahora, Luisa ha querido rescatarla y darle una segunda vida, y le agradecemos su confianza en nosotros para tal cometido.

Se barajaron dos opciones: simplemente arreglarla para que funcionara mecánicamente todo correcto o hacerle un lavado de cara, desmontándola por completo y limpiando a fondo y lacando. Dado lo bonita que podía quedar, Luisa se decantó por la segunda opción y nos permitió darle los mimos que su bici necesitaba.

La pintura, al margen de las picadas por el uso, aún guardaba parte de su brillo después de meterle mano. Se pulió bien y se trataron las zonas con óxido. Finalmente, para asegurarnos de que no se vuelva a oxidar en un futuro y quede protegida frente al deterioro que sufre por los rayos del sol, le dimos una capa de barniz con secado al horno para que dure, al menos, otros 60 años.

Después de quitar un recubrimiento viejo de pintura gris que presentaban la mayoría de partes metálicas (manillar, varillas, bielas…) y de pulirlas a conciencia para volver a hacerlas relucir, se les aplicó igualmente una capa de barniz que las proteja frente inclemencias y óxidos. Así, todo el conjunto de la bicicleta queda brillante y protegido, pero aún mantiene su esencia y la pátina que deja el paso de los años en bicis que han tenido una buena vida.

Los sillines de cuero de la mayoría de bicicletas así de antiguas suelen estar acartonados. Digamos que el cuero ha muerto y ya no huele a vaca. Unos mimos con diferentes cremas para cueros y pasarla un poco por el cepillo hace que vuelvan a revivir, quedando nutridos y suaves, listos para volver a amoldarse a un nuevo trasero.

Cuando se invierte dinero en restaurar una bicicleta de estas características y que encima va a ser el vehículo de uso diario por la ciudad, siempre hacemos hincapié en que una bicicleta así nunca frenará tan bien como una nueva, o al menos como una con un sistema de frenos más moderno. Sin embargo, en este caso nos ha sorprendido gratamente la buena frenada que se ha conseguido. Sin duda, instalarle unas ruedas nuevas, así como cambiarle las zapatas y muelles del sistema de varillas por unos nuevos ayudan a conseguir que la bicicleta sea más fiable y pueda usarse sin ningún problema como vehículo urbano. ¡Así que no os extrañe ver de ahora en adelante a Luisa pedaleando con su vieja bici por la ciudad!