En los años 70 en España había al menos un taller-tienda de bicicletas tanto en cada pueblo medianamente grande, como en cada barrio de cada ciudad importante. Eso sí, eran negocios pequeños, humildes y familiares, parecidos a los oficios de carpintería o zapatería.

Esos pequeños empresarios que traían varías marcas de bicicletas para vendérselas a sus vecinos, tenían que componer auténticos puzles para montar las bicicletas que sacaban a la venta. No era como hoy en día, que con un email encargas tantas bicicletas a la casa como quieras y te vienen montadas todas igual con el mismo grupo, las mismas ruedas, todo de fábrica. Te las envían cada una en su cajíca de cartón listas para desembalar y estrenar.

Por aquel entonces, si tenías suerte te ibas una vez en la vida a Italia a una feria importante  para conocer las grandes marcas de fabricantes como Pinarello, Masi, Colnago o Bianchi. Y si hacías buenas migas podías encargar un lote de cuadros para ir montándolos a la carta a los clientes más selectos. De ahí que las bicicletas de aquella época que se suelen ver por nuestra tierra tengan montajes mas o menos parecidos, pero no los del catálogo. Muy pocos negocios podían encargar las bicicletas con los grupos completos Campagnolo. En su lugar te ponían unos frenos Olimpic por aqui, unos aros Ambrosio con bujes Gipiemme, y unas bielas Ofmega. Eso si, el cambio de marchas Campi para que tus amigos lo vieran reluciente (vamos, como ahora!). Esos amigos que en sus bicis llevaban cambios Zeus o Simplex, y que más o menos funcionaban todos igual de bien!

Pues de aquella época es esta joya venida desde Cella, Teruel. Nuestro cliente y ahora amigo Ernesto nos pidió que la dejáramos «de colección» pero que pudiera utilizarla de vez en cuando sin eslomarse. Que difícil resulta hoy equipar una bicicleta de carretera para salir a rodar, con los endemoniados desarrollos que llevaban entonces. Cualquiera se atreve ahora a subir a Valdelinares con el 42-21 que debían de llevar en la época. Así que nos decantamos por algo más «útil»…

Bianchi se fundó en el año 1885, y durante la primera mitad de su historia el color de sus bicicletas fue un azul claro. Los maillots que utilizaba Fausto Coppi eran de este azul, pero en las fotos no se aprecia porque son todas en B&N. Fue a mediados de siglo XX cuando cambiaron al famoso celeste, color que todo ciclista reconoce como «color Bianchi». La pintura se la encargamos al restaurador de Vespas Carbon Colours, y las calcas nos las trajeron de Polonia.

Una vez limpio y pulido todo, comenzamos el montaje y nos decantamos por unas bielas modernas retro con desarrollos mas suaves para poder utilizar la bici agusto. Y de paso preparamos dos juegos de ruedas. Las «de colección» para cuando la Bianchi luzca colgada en la pared, con unos bujes Campagnolo Record de los 70 y una piñonera Regina Extra 13-21, y otras ruedas más modernas de finales de los 80, con una piñonera más grande para las salidas de vez en cuando. ¿Qué os parece la idea?

El resultado es una bicicleta preciosa y funcional, una joya restaurada de forma integral, con recomposición de componentes clásicos de la época y alguna excepción retro para poder hacerla más amable al uso amateur. En resumen quitamos los componentes «del montón» y pusimos todo de catalogo excepto las bielas, que aun así visten muy bien!

Ya nos habría gustado quedárnosla para la colección de Ciclofactoría, pero no hubo suerte. Tendremos que esperar a que nos caiga del cielo una como esta en otra ocasión. Y es que no todo el mundo tiene una Bianchi original de los 70 en la bodega de su casa. Para eso hace falta tener mucha clase!